Bajo la luz de un
callejón
Se escucha la voz de un
anciano
Con su voz ronca y
humilde
Contó la historia de un
joven señor
Don Juan Tenorio, el
bribón encantador
Cuentan que la magia de
su rostro es inmensa
Roba a las mujeres su fe
y su razón
Él dominaba a los hombres, le
llaman El cid
El cid Don Juan, que apostó al amor de Doña Inés
Que
escuchó a la fría piedra en el cementerio
Que
ganó la apuesta al derramar más sangre
Que raptó su
amada de la paz del convento
Cállate ya mis amigos. Ahora es mi turno para hablar.
Soy Don
Juan Tenorio, el bribón encantador
Nací siendo libre y quería mi libertad
Nací siendo libre y quería mi libertad
Quería Doña Inés, la novicia hermosa
Pero
fue su voluntad renunciar a vivir sin amar
Después de muerto una
guerra gané
Burlé a
la muerte y volví a encontrar
Después
de la agonía, doña Inés en el cielo
Y no hay disfraz que
pueda al tiempo burlar
La noche se va cerrando y
la historia llega a su fin
El joven se arrepintió de
su vida de crimen
Solo queda una pregunta: ¿Por el amor todo vale la pena?